lunes, 2 de abril de 2012

LA ÉTICA DE UN VERDADERO EDUCADOR FÍSICO.

Desde la perspectiva corporal de la salud integral y condición física, el licenciado en este campo disciplinar tiene el compromiso profesional y ético de predicar para aplicar y exigirse para poder exigir al otro. 


El verdadero educador es aquel ser humano cuya ética profesional no se vulnera frente a las tentativas que ofrece la vida, las cuales resultan en ocasiones  placenteras o siendo el caso, conoce el límite entre el probar para calmar y el probar para vivir probando.


Lo que hoy comúnmente conocemos y etiquetamos como vicio, sin duda alguna es el abismo que empuja al educador para des-quebrantar su ética profesional. ¿Cómo poder exigir mejorar los hábitos de vida de un semejante, cuando no se cuenta con unos propios, aceptables  en la profesión? Es acaso un profesional de la Educación Física, ético cuando al sumergirse en los desordenes existentes deja que el papel protagónico en su vida sea el alcohol, la promiscuidad, el tabaco y la vida nocturna, entre otros. Cayendo quizá en un mundo en donde el cinismo y la contradicción se convierten en el pan diario en su práctica profesional y personal.

¿Cómo poder exigir un buen rendimiento físico en el entrenamiento deportivo o hablar con palabras agigantadas sobre condición física, cuando su propio rendimiento y condición se encuentran descompensadas por el sedentarismo y los vicios oferentes ? ¿Cómo enseñar a los estudiantes a adquirir el ejercicio, la actividad física y el deporte como habito de vida, cuando en la práctica se omite todo aquello que implique un esfuerzo mayor? 


Un pionero verdaderamente ético que ama con toda pasión la carrera que ha servido como medio transformador de un tipo de ser humano, competente en su labor disciplinar para el mundo, debe enseñar que la actividad física diaria incide en la calidad de vida del sujeto, aunque ello no garantice en su totalidad la salud. Sin embargo, para lograrlo debe  poner límites a aquellos agentes externos que influyen en la degradación biológica y social. 



Un educador físico con verdaderos cimientos éticos profesionales puede exigir al otro, cuando se exige así mismo. Pues en todos los casos son referentes, modelos por excelencia cuyos pupilos desean seguir.


Por amor a la vida, a tu carrera, a tu profesión y a la proyección social ¡no nos podemos contradecir más! 



por: José Ángel Quintero
estudiante Educación Física, Univerdidad del Cauca-Colombia

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