¿La
Educación Física y el deporte tienen
género?
La actividad física, desde la antigüedad, ha
estado ligada a roles según el género, y el género masculino ha liderado en las
mismas. Se preparaba al hombre para ser un guerrero y esto implicaba un trabajo
específico del cuerpo, mientras que las responsabilidades del hogar y crianza
de los hijos era asignado al género femenino. Con cambios leves y pequeñas transformaciones, ésta perspectiva de roles se hereda y se extiende hasta ésta época y se podría generalizar
diciendo que en un comienzo por ello la Educación
Física fue masculinizada, solamente el hombre era el que podía realizar cierto
tipo de actividades, mientras que las mujeres no tenían participación y seguían
realizando los trabajos del hogar y el cuidado de los niños.
La igualdad de géneros aún no se ha conseguido
por completo, se puede observar que la misma sociedad colombiana, ha demarcado
ciertos deportes para que sean practicados por hombres y los que no deben ser realizados
por las mujeres, para evitar sean mal catalogadas y se les discrimine. Lograr
la participación femenina en forma equitativa en el deporte no ha sido del todo
posible. Algunas deportistas se han arriesgado a las críticas y no se han
dejado minimizar ni inhibir, por sus gustos y preferencias, por los demás.
Por otra
parte, en las clases de educación física en las instituciones educativas, se
observa que el docente da a las mujeres se les da un trato diferente al de los hombres
y también es curioso ver como los niños o jóvenes quieran entre ellos
realizar las actividades propuestas por los docentes y no desean y evitan
compartir con el otro género, porque las consideran más delicadas, frágiles y
no tan fuertes y veloces. Esto refleja la discriminación hacia el género
femenino. Estos comportamientos de los estudiantes pueden presentarse quizá por
sus costumbres, tradiciones culturales o también por el ejemplo recibido en el
hogar o el entorno en que se encuentran.
Esta historia de la discriminación sobre el
género femenino es latente en el deporte, en las clases de educación física y
seguramente en otras áreas. Así que es bastante difícil transformar los
imaginarios de la cultura de un día para otro.
¿Si todos somos seres humanos y nacemos de la
misma manera que impide que lograr la igualdad de género, será que la escuela
podría aportar desde el educador en ese sentido en forma más comprometida?
Por: Dalia
Ledezma Barragán (Est. Edufísica Unicauca)
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