¿Quiere
tener una figura hermosa, mantenerse delgada, verse como las modelos de
televisión y las reinas?. ¿Quiere demorar el paso del tiempo, evitar las
arrugas, tener un cuerpo firme, levantado y templado?. ¿Ha pensado que esto puede
ser posible si no ingiere comida chatarra, no fuma, no bebe, duerme suficiente, inicia una dieta saludable,
hace ejercicio y sobre todo cultiva su
autoestima? Todo esto combinado podría ser una opción.
En la
actualidad, en Colombia y el mundo
entero, se observa la tendencia de muchas personas jóvenes adictas a los
procedimientos estéticos, al parecer no se dan cuenta del gran riesgo que corren
y en su afán de cambiar su naturalidad, en algunos casos pierden hasta la vida.
Y bueno, es que estamos en un país, en un mundo, en donde la publicidad ha invadido los espacios y exhibe a
mujeres bellas y con medidas perfectas como
lo ideal. Estas propuestas estéticas en un mundo de consumismo se convierten en
la meta a conseguir, además que no se puede negar el deseo de perfección y la
inmensa devoción que le rendimos al cuerpo.
Pero en
últimas, ¿Quién da las medidas? ¿Quién se inventa los parámetros?, ¿queremos
todos parecernos y perder características propias, que nos identifican? Sin
ninguna duda, en la mayoría de los casos a través de la moda y los medios de
comunicación alteramos nuestros deseos, nos venden ilusiones, hermosas imágenes
de cuerpos, haciéndonos sentir culpables del que habitamos, crean cada vez una mayor sensación de
insatisfacción, tanto en hombres como mujeres, haciendo
que se busque el prototipo de una figura
perfecta y se pierda el valor del cuerpo que poseen.
Pero ya
no más, los jóvenes tenemos que despertar y lograr el cuerpo ideal reconociendo
la diferencia y valorando el cuerpo propio, la publicidad no puede invadir los pensamientos
si somos seres críticos, que se respetan y se aman así mismos.
Por: Nini Johana Astudillo Alonso (Est Edufisica. Unicauca)
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